Evolución versus creación
Resulta interesante darse una vuelta por la Web buscando acerca del tema de la evolución versus la creación. Mi búsqueda comenzó al leer un artículo de Roger Ebert en que comenta que recientemente varios cines del sur de los Estados Unidos han decidido no presentar la película IMAX Volcanoes of the Deep Sea. Aparentemente existe preocupación de que la cinta pueda ofender a grupos religiosos fundamentalistas por referencias que hace a la evolución. Siempre que la comunidad científica propone explicaciones que aparentan ser incongruentes con algún precepto religioso, se puede estar seguro que la contoversia será larga y agitada. Las personas que argumentan desde un punto de vista escéptico saben bien las pasiones que desatan estos debates, y en conversaciones casuales tratan de presentar ejemplos "no controversiales" para explicar su razonamiento científico. Se puede hablar sin mayores inconvenientes sobre lo ridículo de algunas teorías acerca del chupacabras, pero temas como el argumento del diseño inteligente tienden a retar y herir creencias muy arraigadas. Noten que cuando temas seculares adquieren estátus cuasi-religioso dentro de un grupo de personas (ejemplo: las visitas de extraterrestres), los resultados son iguales. ¿Por qué ocurren estas controversias? La biblia provee recuentos de eventos que, para muchos, deben tomarse como hechos históricos. Cuando la ciencia presenta alguna teoría que invalida la posibilidad de que un evento de la biblia haya ocurrido, se pone en duda la divinidad de un documento sagrado, el cual no debería tener errores por ser la palabra de Dios. Como un ejemplo, tomen el argumento de la tierra joven, en el que ciertos grupos argumentan que la tierra y el universo no debe tener más de 10,000 años, según se desprende de la biblia. Estos grupos proponen una serie de argumentos en pro de un universo joven, pero desafortunadamente ignorando la cantidad abrumadora de evidencia en contra. De hecho, este argumento es fácilmente derrotable: Utilizando telescopios hemos logrado ver estrellas, cuerpos y fenómenos espaciales que se encuentran a billones de años luz (13.7 billones, para ser más preciso). Esto significa que la luz que emitieron esos eventos tardó 13.7 billones de años en llegar a la tierra, lo que nos dice que el universo tiene al menos 13.7 billones de años. Para explicar estas observaciones, algunos proponentes de la tierra joven explican que Dios creó un un universo con la apariencia de edad, como una forma práctica de hacer un universo funcional para el hombre, o como una prueba para nuestra fe. Bajo este modelo Dios creó la luz de estos eventos cósmicos en camino a la tierra, lo que para muchos, incluyendo religiosos más liberales, no es una explicación satisfactoria. La evidencia de la edad de nuestro planeta, aproximadamente 4.5 billones de años, es igualmente contundente. Lo mismo ocurre con temas relacionados como el diluvio universal y la evolución misma del ser humano. Aparte de los debates técnicos que puedan generar estos asuntos, la clave de la discordia radica en que la evidencia de la edad del universo convierte la historia completa de la humanidad en algo menor que un batir de ojos, y la evidencia del tamaño del universo convierte a nuestra tierra en algo mucho menor que un grano de arena. Esto crea grandes dudas sobre el ser humano como centro de la creación de Dios, al menos en aquellos de nosotros que no tememos hacernos las preguntas difíciles, las "preguntas prohibidas" (¿Por qué estamos aquí?, ¿Realmente existe Dios, o al menos un Dios que intervenga en nuestras vidas?, ¿Provee la biblia las respuestas a estas interrogantes?, ¿Qué hay de otras religiones?), y verdaderamente considerar sus implicaciones.
sábado, 28 de enero de 2006
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