El dilema de las torturas...
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, aseguró la semana pasada en Bruselas que Estados Unidos cumple la legalidad internacional sobre el trato a prisioneros y que actúa con arreglo a la ley en la lucha contra el terrorismo. Rice intentó así tranquilizar a sus socios y zanjar la polémica que le ha perseguido durante su gira europea tras la denuncia de la existencia de cárceles secretas de la CIA en territorio europeo y el traslado de prisioneros en condiciones que las organizaciones internacionales de Derechos Humanos consideran próximas a la tortura.
Si volvemos un poco atrás, a finales del siglo XX, se creía que en los países democráticos occidentales, el colonialismo, la invasión y ocupación de países, la violación de Derechos Humanos y las torturas ya eran ideas enterradas para siempre, ideas y hechos que pertenecían a otros tiempos y que sólo figuraban en las páginas de los libros de historia y que, por cierto, formaban parte del oscuro pasado de la humanidad, sobre todo en esta región del mundo.
Asi mismo, tras la caída del muro de Berlín, todo el mundo pensaba, erróneamente, que la historia iba a iniciar otro brillante camino y otra trayectoria de paz y estabilidad. Pero poco tiempo después los optimistas se dieron cuenta de que eso sólo ha sido una ilusión, o solo un sueño de corta duración. Porque, en realidad, los pocos cambios que se iniciaron y las nuevas relaciones Este-Oeste han vuelto a ser gravemente cuestionadas después de 11S. Derrotada la Unión Soviética y su "Bloque del Este", los esfuerzos bélicos y diplomáticos de Estados Unidos se han dirigido hacia el mundo islámico, iniciando otra nueva forma de guerra bajo la denominación de "Guerra contra el terrorismo".
Los esfuerzos políticos y militares de los norteamericanos se redirigen ahora hacia el mundo islámico y, en particular, la zona árabe ya que tras el 11S se inició un nuevo y complicado conflicto, otro ciclo de tensiones entre Este y Oeste, pero esta vez, el 'Este' representado por el mundo musulmán como consecuencia de la oleada de atentados llevados a cabo por los terroristas de Al-Qaeda. Unos ataques, desde Dar-Es-Salam (Tanzania) hasta New York, ejecutados por movimientos terroristas que se basan en la idea de la Jihad islámica, que parte de precisos fundamentos o formas de interpretación de la ideología islámica en los tiempos de conflictos o guerras.
Ahora bien, todo lo acontecido ha venido a influenciar de manera dramática la política militar de los EE.UU. porque, tras los atentados de 11S, los americanos han cambiado radicalmente sus métodos, para adaptarse, como dicen, a los actuales retos en el nuevo orden mundial. Sobre todo, en el dominio de seguridad territorial tanto nacional como global. Así, Washington inició una campaña de propaganda en favor de su denominada "guerra contra el terrorismo". Desde entonces, empezó a recurrir a todas las medidas tanto diplomáticas como militares a su alcance, o sea, la Administración Americana no ha tardado mucho de hacer uso de sus fuerzas militares para invadir Afganistán e Irak.
Sin embargo, Washington, para actuar en un supuesto marco de legalidad, siempre se ha movido paso a paso, para no dar la impresión de actuar fuera de las leyes y las convenciones internacionales, partiendo desde propia ONU o mediante las influencias que ejerce sobre algunos países amigos o gobiernos aliados en Europa y en otros continentes.
El viaje a Europa de la secretaria de estado, Condoleezza Rice, tiene entre sus objetivos principales poner fin a las múltiples quejas y denuncias expresadas, extraoficialmente, por parte de los gobiernos europeos. Estas "preocupaciones e inquietudes" habían sido comunicadas indirectamente al otro lado del Atlántico a través de los medios de comunicación que se ha echo eco de algunas furiosas voces de líderes políticos europeos que, anteriormente, habían expresado su inquietud cuestionando las presuntas misiones de la CIA en varios países europeos. Washington piensa que debe dialogar con Europa y calmar cuanto pueda la situación y, por qué no, poner fin al alboroto si es posible. Asi que, Condoleezza Rice, ya en Bruselas, ha ofrecido a los ministros de Exteriores de la OTAN explicaciones acerca de los vuelos secretos de la CIA y Bruselas comenta que Washington "tomó en consideración a los gobiernos europeos, a los ciudadanos y ala opinión pública".
Las intervenciones diplomáticas de Rice dieron la impresión de que los americanos finalmente han admitido "que se han cometido errores en el pasado en el marco de la guerra contra el terrorismo" y que, hoy día, aunque no lo dicen claramente, hay que reflexionar de nuevo sobre este problema y plantearse cambiar de métodos.
En una rueda de prensa conjunta en la sede de la Alianza Atlántica, Rice pidió intervenir para hablar de la política de detención y la lucha contra el terrorismo llevada a cabo por Estados Unidos. Según manifestó, fue una discusión muy seria sobre los "dilemas" a los que se enfrentan las democracias en la lucha antiterrorista, durante la cual quiso transmitir a sus "amigos y aliados" que la Administración norteamericana actúa respetando la ley. Rice comunicó a los lideres europeos la postura de su país acerca de este asunto haciendo saber que "reconocemos nuestras obligaciones legales y su aplicación ya sea en el interior o en el exterior de los Estados Unidos".
Nosotros creemos que EEUU, como primera potencia mundial, tiene el deber histórico y moral de mostrar, no sólo a Europa, sino al mundo entero, que no ha cambiado. Es inaceptable violar los Derechos Humanos, sean cuales sean las razones o los pretextos, y queremos una América líder y, sobre todo, en materia de Derechos Humanos. Como es lógico, y para que el modelo sirva de ejemplo a todos los demás países, la Administración Estadounidense tiene que respetar y aplicar las leyes, tanto nacionales como internacionales.
Por tanto, digamos que, en algunos momentos o tiempos de crisis, se entiende que se pueden cometer errores, pero cuando todo vuelve a la normalidad, se deben respetar al máximo los fundamentos básicos de las leyes y de los Derechos Humanos, incluidas también todas las convenciones internacionales. Simplemente, porque si la primera súper potencia mundial no actúa de manera justa y ejemplar no ganará la simpatía de nadie, ni en el ámbito europeo, ni dentro de la Comunidad Internacional.
A.Axdiri
(Tiempos de cambio)
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